Túmulos en Escandinavia
Los antiguos nórdicos
desarrollaron ritos y costumbres alrededor del trascendente momento de la
muerte. Según sus creencias, el fin de la vida terrena marcaba el paso a otra
vida, y debían observarse ciertos cuidados para favorecer dicho tránsito y
evitar que el muerto regresara a importunar a los vivos como un «mal muerto»,
algo similar a un espíritu vengativo. Existió, además, un intenso culto a los
antepasados, a los que consideraban, de algún modo, todavía accesibles y
activos en la otra vida.
Recreación de complejo tumular de Lindholm Høje. Fuente: www.wildfiregames.com |
Antes de la estandarización
de práctica y culto que supuso la adopción del cristianismo, encontramos muy
diversos tipos de tumbas, muchas veces en lugares, momentos y grupos sociales coincidentes. Resulta sorprendente la variedad de tipologías de enterramiento y los cambios en las prácticas a lo largo del tiempo.
Los condicionantes que motivaban un tipo u otro eran variados: el momento
histórico, la costumbre regional, el estatus, el sexo…
Podríamos generalizar una
división básica entre cremaciones e inhumaciones y su combinación, es decir,
enterramiento de restos de cremación. Así pues, podemos dar con cremaciones
humanas, cremaciones de barcos, cremaciones de barcos con posterior cubrimiento
de los restos (humanos y de la nave) en forma de túmulo; inhumaciones en
túmulos, inhumaciones en cámaras, inhumaciones en barcos cubiertos por túmulos,
inhumaciones en barcos simbólicos realizados con piedras y posteriormente
cubiertos; túmulos monumentales, túmulos pequeños, tumbas individuales, tumbas
colectivas… Encontramos, por lo general, signos externos (hitos líticos,
túmulos), como señales y recordatorios emergidos en el mundo de los vivos.
Existió una especial vinculación hacia los barcos, ya sean reales o
simbolizados mediante rocas, importante imagen asociada al tránsito a la otra
vida.
Necrópolis con tumbas de nave en piedra. Fuente: www.palba.cz |
Un elemento común a todo
enterramiento era la inclusión de un ajuar, en ocasiones relacionado con el
difunto o con función ritual. Era esto parte del rito, una ofrenda
propiciatoria a los poderes que habrían de recibir al muerto, unas posesiones
útiles para la nueva vida que emprendía el difunto y, por supuesto, un símbolo
de estatus personal y familiar. Por su espectacularidad y significación, dentro de esta diversidad, nombraré de manera especial a los
túmulos. La erección de túmulos se dio en Escandinavia desde la Edad de Bronce hasta el
siglo xi. Estos monumentos funerarios fueron de una gran variedad de diseños, según las tradiciones culturales de la época en que fueron construidos. Los túmulos podían contener nichos individuales, sepulcros colectivos e incluso no contener cuerpo alguno. En ellos se practicaron tanto la inhumación como la cremación, como ya se ha señalado. Muchos muestran un uso continuado desde tiempos prehistóricos hasta la Edad Vikinga, posiblemente relacionados con figuras históricas o legendarias, marcando una fuerte tradición continuista y ligadas a lugares de especial relevancia cultural. Estuvieron relacionados con el importante culto a los antepasados, propio de estas sociedades.
Túmulo de nave. Fuente:www.thevintagenews.com |
Túmulo de cámara (excavación de Jelling). Fuente:www.danmarkshistorien.dk |
En efecto, los túmulos no
solo eran una notoria muestra de estatus y poder personal y familiar. Eran un
lugar de culto, de conexión con el antepasado. Una suerte de «casa de tierra»
del difunto para su nueva vida, donde podía visitársele, celebrar con él, y desde el cual ejercía su influencia en el mundo vivo. Existieron numerosos túmulos huecos que nunca
contuvieron cuerpo alguno. Eran hogares para el espíritu del muerto.
Según la Heimskringla de Snorri, el rey Halfdan
el Negro tuvo un reinado victorioso y próspero, y el pueblo le amó tanto que
erigió varios monumentos funerarios en su honor, para favorecer la influencia
benigna de su benefactor en sus propios territorios. Estas cuatro colinas de
Halfdan eran algo más que un símbolo de poder. Representaban una hacienda real,
un lugar de encuentro e influencias que el soberano podía visitar en cualquier
momento tras su muerte, en una transposición directa de las mansiones del rey
entre las que viajaba en vida. A su nieto, Bjorn el Comerciante, muerto durante
un viaje por mar, se le erigió una colina, también vacía. Su yo difunto debió
regresar a la patria para sentirse al lado de sus familiares y recibir
ofrendas. El monumental túmulo de Raknehaugen, en Romerike, fechado en el 550
d. C., es una tumba hueca, más antigua que las tumbas barco de los reyes de
Vestfold. Con setentaisiete metros de diámetro y una altura de quince metros,
es el túmulo más grande en el norte de Europa.
Incluso en la literatura
encontramos referencias a esta práctica mortuoria. Así pues, Snorri Sturluson,
menciona en su Saga de los Ynglingos:
Odínn
estableció por ley que todos los muertos debían ser quemados, y sus
pertenencias depositadas sobre la pila, y las cenizas arrojadas al mar o
enterradas en la tierra. Por lo tanto, dijo él, cada uno vendrá a Valhalla con
las riquezas que tenía con él sobre la pila, y también disfrutaría lo que él
mismo enterró en la tierra. Para hombres de importancia, un montículo deberá
ser levantado a su memoria, y para todos los demás guerreros distinguidos por
la virilidad, una piedra enhiesta. Esta costumbre se mantuvo mucho tiempo.
Recreación de rito en túmulo. Fuente:timeslipsblog.wordpress.com |
La profanación de un túmulo
y el combate con su ocupante, una especie de espectro guardián, es un episodio
literario que debió de gozar de gran atractivo entre el público de las sagas de
los tiempos antiguos, pues aparece en numerosas narraciones, desde la Saga de Egil el Manco a la Saga de Hromund Gripsson, pasando por la
Gesta Danorum. En varias sagas (Saga de los habitantes de Eyr, por ejemplo) aparece mencionada una colina sagrada en la que los personajes esperan morar tras la muerte. Encontramos en estos
textos tardíos la reminiscencia de la consideración de estos túmulos como
hogares ultraterrenos.
Complejos tumulares en el fiordo de Oslo. Fuente: www.ivargault.com |
También podemos hallar un
gran número de túmulos en Noruega, especialmente en el área de Viken, algunos
de impresionante tamaño y soberbio contenido. Muchos se remontan a la Edad de Bronce. Algunos de los más importantes
legados del pasado escandinavo provienen de estas tumbas. Cabe mencionar los
siguientes:
-
Raknehaugen (550 d. C.), en Romerike. Con setentaisiete metros de diámetro y una altura de quince, es el túmulo más grande en el norte de Europa.
- Jellhaugen (500 d. C.), en Halden, considerado el segundo más grande en Noruega.
- Gokstadhaugen, en Vestfold. Contenía la nave Gokstad, un gran barco de la era vikinga.
- Oseberghaugen, en Vestfold. Contenía la nave Oseberg, una nave de la era vikinga bien conservada, entre otros tesoros.
- Borrehaugene (cementerio de Borre). Cubre ciento ochenta mil metros cuadrados e incluye siete montículos grandes y veinticinco menores.
- Båthaugen, en Tune. Contenía el barco Tune, un barco vikingo de tipo karv.
- Storhaug, en Rogaland. Contenía un barco de roble.
- Grønhaug, en Avaldsnes. Contenía un bote del siglo x.
- Flagghaugen, en Avaldsnes. Uno de los sepulcros más ricos de Noruega, que data del período previkingo.
- Karnilshaugen, en Sogn og Fjordane.
- Osneshaugen, en Møre og Romsdal. Fechado en la Edad de Bronce.
Krake
No hay comentarios:
Publicar un comentario