Religión, rito y magia
La
mitología nórdica nos ha llegado a través de inscripciones y representaciones en diferentes objetos ( de culto, rituales, en monumentos funerarios), del estudio de los enterramientos y ajuares, de unas pocas crónicas mas o menos contemporáneas no exentas de elementos
dudosos o confusos y, sobre todo, a través de los textos de las sagas y Eddas.
La consideración de las sagas como fuentes históricas vendrá tratada en otro artículo
y añadiremos aquí el particular caso de las Eddas.
Por
motivos (y equívocos) historiográficos y mera convención, se dio el nombre de
Eddas a dos colecciones dispares de textos que tenían en común el tratar sobre
historias de la mitología nórdica. Tenemos pues la Edda mayor o poética, una
compilación del siglo xii de
poemas y narraciones antiguas, de material épico-mítico del norte, y la Edda
menor o prosaica, escrita en el mismo siglo por el autor islandés Snorri
Sturluson como una ayuda para que los autores coetáneos, desconocedores de las historias antiguas, entendieran las
referencias mitológicas de la elaborada poesía producida entonces. Tal vez esta justificación dada por su autor y otros asuntos, como el acomodamiento de los dioses antiguos a la explicación evemerista, pretendiera hacer aceptable la trasmisión de las antiguas historias del panteón nórdico.
Edición de la Edda de Snorri. Fuente: www.ancient.eu |
Esto
significa que las más importantes fuentes donde se preservó la mitología
antiguo-nórdica no solo compilaron material de fecha tardía, cuando ya
Escandinavia formaba parte del horizonte europeo y poco perduraba de aquel mundo
antiguo anterior al cristianismo, sino que se trató de textos no doctrinales ni
religiosos, compuestos con una función muy diferente a la trasmisión religiosa.
Tampoco es
correcto considerar la religión como algo estático, no sujeto a evolución o
variaciones en el tiempo y espacio. Ya hemos mencionado la posible modificación
del panteón en función de los cambios de estructuras sociales, y añadiremos la
importante presencia en el material reflejado por Snorri, autor islandés, no lo
olvidemos, de una mitología que refleja casi sin duda la particular
idiosincrasia geológica islandesa, con un mundo de hielo y otro de fuego en la
cosmogonía mítica, y la aparición en su texto de influencias, referencias y
trasposiciones de asuntos y episodios propios del cristianismo.
Hecho este
descargo, queda señalar que existe alguna verdad histórica en estos textos, un
reflejo o eco del auténtico material del norte antiguo, aunque conviene
abordarlos con cautela, toda vez que resulta muy tentador el encontrar
respuestas donde parecen dar contestación a nuestras preguntas. A pesar de que
tenemos cierto conocimiento de los mitos que forman la base de la religión
nórdica, apenas conocemos nada sobre el rito y las prácticas de esta. Los
autores que nos legaron los textos con referencias mitológicas, como personas
de su tiempo, plenamente cristiano, no tenían interés ni gusto por el culto
antiguo. Hay una importante intención doctrinal y de propaganda religiosa en
las sagas medievales, y podían tolerarse las referencias «artísticas» o
«culturales» a dioses paganos, muchas veces adaptados a los tiempos mediante un
enfoque evemerista (esto es, asumiendo que los antiguos dioses, Odínn, Thorr, Freyr…
no eran sino caudillos destacados que el pueblo inculto elevó a la categoría de
dioses), pero nunca se aceptarían relaciones de culto o práctica pagana, de no
ser plenamente instrumentalizada con objeto doctrinal.
Toponímicos relacionados con Thorr en Noruega |
En las
sagas aparecen algunos ritos y referencias a cultos y templos, pero son muy
cuestionables e imprecisos, puede que transposiciones de asuntos cristianos o
invenciones, muchas veces intencionales, para favorecer la acción de la Iglesia
que, no lo olvidemos, combatió activa e intensamente este culto, a la vez que se sirvió de la asimilación de usos antiguos. En ocasiones, estas muy probables transposiciones de realidades cristianas (descripciones de templos, rezos, ritos, costumbres....) se debieron simplemente al desconocimiento de los autores, que no conocían o entendían otros modos religiosos que los propios, esto es, cristianos.
Rito propiciatorio a Thorr, en pintura deJ. L. Lund |
De la
religión antiguo-nórdica podemos decir que no era una institución dedicada,
pues formaba parte de la vida ordinaria. Tanto es así que no existía una
palabra para «religión», pues se referían a ella como «usos» o «costumbres». No
contaba con una organización regular o un personal especializado que se
dedicara al culto. Los principales responsables de las prácticas y
celebraciones eran los cabezas de familia, los jefes de la comunidad o los
reyes, sin perjuicio de que todo hombre pudiera interactuar con la divinidad.
Los dioses eran considerados cercanos y se hacía referencia a ellos de forma
familiar y emotiva. Es común la preferencia de uno sobre los demás, con el que
se establecía una especial conexión y al que se denominaba «mejor amigo». En
las sagas se menciona a gentes que decían no creer en los dioses, en ninguno de
ellos, sin recibir represarías sociales.
A pesar de
que encontramos referencias y cierto registro arqueológico de la existencia de
templos o lugares dedicados a sacrificios y banquetes, los ritos se celebraban
mayoritariamente en los propios hogares y en lugares exteriores de especial
significado: árboles, cruces de caminos, formaciones geológicas, bosques,
cascadas, corrientes de agua.
Como la
religión imbuía la vida, estaba presente en casi todas las etapas y momentos de
esta: los cambios de estación, los nacimientos, bodas y muertes, el comercio,
los juramentos, las asambleas, los actos sociales…
La
práctica se fundamentaba en la realización de sacrificios y banquetes propiciatorios,
que pretendían asegurar el orden establecido. Mediante estas ofrendas se
establecía un canje, un «te doy para que me des», y se solicitaba a las
deidades su protección. Según el momento, estos rituales involucraban a una
familia, o a grupos mayores, hasta todo un reino.
Recreación (invención) del rito de dísablót, de August Malmström |
El culmen
del acto social nórdico, la asamblea, era también un episodio religioso
comunitario. En los banquetes, los animales se sacrificaban y su carne se
consumía comunitariamente, lo que reforzaba los lazos del grupo. Era habitual
ofrecer la sangre de los animales sacrificados a los dioses, tal vez
aspergiéndola sobre los ídolos, o ahorcarlos de árboles como ofrendas. Las
fuentes hablan de la existencia de sacrificios humanos y se han encontrado
restos arqueológicos que lo confirman. Los sacrificados eran por lo general de
ínfima clase social, aunque no faltan menciones literarias a reyes fallidos
sacrificados por su pueblo para atraer la buena suerte, o reyes que
sacrificaban a sus vástagos a cambio de alargar la propia vida.
No solo a
los grandes poderes, los dioses, se sacrificaba. Otras muchas criaturas
sobrenaturales compartían la existencia de los nórdicos y debían ser aplacadas,
propiciadas mediante ofrendas o ritos concretos, para evitar problemas o para
conseguir un beneficio de ellas. Alfar
(elfos), dvergar (enanos), jótnar (gigantes), draugar (no muertos), disir
(espíritus femeninos relacionados con la protección y la fertilidad), landvaettir (espíritus de la
tierra-territorio), fylgjur
(espíritus personales guardianes)… Tan vigentes en la vida de estas gentes que
se mencionan hasta en los códices legales y, aún hoy, son objeto de
consideración en las tradiciones y el folclore de los países escandinavos.
Magia
En el
nórdico antiguo se llamó seiðr a un
tipo de magia practicado en la antigua Escandinavia. Es un término para referir
un conjunto de conocimientos y técnicas ocultos que se encuentra en el límite
entre la religión y la magia. El seiðr,
conectado con la religión nórdica, tenía características chamánicas e
involucraba prácticas adivinatorias y rituales relacionadas con cantos. Se
trataba de una práctica muy vinculada a las mujeres, a las que se llamó seiðkonas o völvas, mujeres poseedoras de un especial y secreto conocimiento
que podían usar para causar daño o beneficio. Existieron practicantes
masculinos, a pesar de que debieron sufrir el importante tabú social de ejercer
una actividad femenina.
Recreación de völva. Fuente: aminoapps.com |
Se han
encontrado restos arqueológicos y ajuares asociados a esta práctica. La figura
de la seiðkona o völva aparece muy degradada en las sagas históricas, donde, en la
mayoría de los casos, se las presenta como brujas paganas. Las fuentes
literarias mencionan otros tipos de magia, menos especializada, pues parecían
estar al alcance de practicantes no especializados, fundamentados en el uso de
las runas, en letanías o conjuros y en el empleo de gestos y actos simbólicos,
así como en sueños proféticos.
Krake
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